¿De qué va eso de ir a terapia?
Las
personas que elegimos el camino de asistir a terapia tenemos diversos motivos.
Te voy a contar en primera instancia los míos y luego te compartiré de manera
general los que mis consultantes me han contado.
Cuando
estudié la licenciatura en psicología allá en un año lejano, una de las
materias del programa fue proceso psicológico. Para poder acreditar
satisfactoriamente tal asignatura que tuve iniciar mi análisis. Escogí y me
aceptó una profesora de orientación humanista.
Estuve
en terapia cerca de 6 meses y fue muy rico poder compartir con alguien mis
historias de la infancia que me causaron dolor. Ahora que escribo esto me doy
cuenta que, mientas estaba estudiando la universidad, ir a terapia era para mí
conversar sobre mis primeros años de vida es decir “ir resolviendo mis
problemas de atrás para adelante”. Solía creer aquélla conocida frase “infancia
es destino”, como algo verdadero.
Hasta
ahora que te lo comparto de hecho, me doy cuenta de ello. No recuerdo cómo exactamente,
pero decidí comenzar a hablar de lo que en ése momento de mi historia me estaba
generando angustia. Estudiante, empleado, estaba metido en todo cuanto pude meterme
respecto a la psicología; brigadas universitarias, asociación de psicólogos
jurídicos, conferencias que eran de mi interés y, por si fuera poco, participé
en varios grupos de la pastoral juvenil en la iglesia católica como coordinador.
En
fin, pude dialogar mucho acerca de esto y, mi terapeuta utilizó algunas
técnicas del tipo psico-corporal que me hicieron sentir mar calmo.
Más
adelante en mi vida regresé a ser paciente por estar estudiando la maestría en
musicoterapia y luego en análisis y terapia existencial. Si profundizo en ambas
etapas, quizás me lleve muchas letras y te aburra. Voy a resumir diciéndote que
me enamoré del proceso metodológico de terapia que se hace en el
existencialismo y, aunque también hube estudiado musicoterapia, no me conecté mucho
con ese estilo decantándome así por ser terapeuta existencial.
Aunado
a ello, he sido paciente en terapia de grupo y he tomado sesiones para
supervisar casos en los que necesito dialogar con alguien buscando ser/estar
mejor para mis consultantes.
Actualmente
tengo un grupo de apoyo los viernes por la mañana que considero un refugio en
el que no busco ser terapeuta, sino otra persona más que comparte su humanidad,
con otres humanos que también quieren hacerlo. Este grupo surgió por una
necesidad personal de compartirme y al mismo tiempo posibilitar un espacio para
hacer comunidad. La pandemia ha sido compleja para todes.
Te
dije al principio que mi intención es compartirte también un poco de los
motivos que llevan a otres a terapia. Seré breve: duelos, supervisión de sus
propios consultantes, ausencias, ansiedad, deseos de dialogar con otro humano,
también estaban estudiando sus formaciones, orientación vocacional,
preocupación de futuro, de pasado, de la muerte, de la vida, cumpleaños,
despedidas, la pareja, sus trabajos, su familia… Seguro que algo de ello también
ha sido tema de conversación contigo misma (o) y con otres.
La
terapia se trata de dialogar la vida, de tener/ser testigo de otre, de
sentirnos juntes, de experimentar ser comunidad, aunque esta sea de dos o de 12
como en la terapia de grupo. No tiene el objetivo de curar sin embargo a veces,
se significa la experiencia como sanadora. No se trata de reconstruir, aunque a
veces se modifican autopercepciones, no se trata de otro que me dice qué hacer,
aunque a veces nos preguntamos tanto que algunas respuestas encontramos.
No
se trata de estar en el taller y ser intervenido por un mecánico, sino de
subirnos al mismo auto que se llama vida e ir eligiendo caminos para andar
juntes por 50 minutos.
Se
trata a veces de ser el Virgilio que acompaña a Dante para transitar por el
infierno particularísimo del otre y no dejarle solo, sola.
Se
trata a veces de llorar juntes por el recuerdo, por las anécdotas, por el duelo
que genera el haber tenido el coraje de amar, como dice Yalom. Por estar vivos
y no quererlo demasiado, por querer vivir más de lo que vivimos, por existir.
Quiero
decirte en realidad que la terapia no pasa por el ojo diagnóstico de un
profesional de la salud que lo indica. Decidimos ir a terapia por tanto que
decir por todo es reduccionista.
Yo
soy terapeuta por el hedonismo de la conversación, porque me salva el
encuentro, porque me preparo constantemente para dialogar mejor, para fallar
mejor diría Becket, para estar-ser-con otre.
Al
final por qué hacen terapia las personas no podría decirlo del todo. Pero espero
haya quedado más o menos claro por qué hago terapia yo. Si no es así, por acá
conversamos.
Gracias
por leerme.
Comentarios
Publicar un comentario